El mundo de las criptomonedas ha evolucionado de la mano del auge y uso cotidiano de Internet. Parecía un paso lógico que dentro de la red alguien tuviera la idea de crear una moneda común. Allá por 2009 nació el Bitcoin como precursor de lo que luego ha sido un desarrollo masivo y expansivo de estos activos. La idea básica gira en torno a crear un tipo de moneda descentralizada, que no pueda estar emitida ni controlada por ningún banco central. No existe físicamente algo que llevemos en nuestra cartera de mano. Las transacciones se constatan en base a inmensas y complejas líneas de código, que son verificadas por los propios usuarios y se revierten en el sistema, quedándose una parte para quien lo codifica (mineros) y el resto a valor de mercado propio. El valor creciente de estos activos deriva de que son finitos, pues se estima un máximo de 21 millones de bitcoins en circulación hasta el año 2140.
¿Dónde y cómo lo uso?
La implantación del bitcoin y demás altcoins (alternative coins), aun no es del todo completa, pues es precisamente la descentralización, o la no expresa regulación, la que tiene a ciertos sectores y gobiernos reacios o contrarios a su uso como cualquier moneda papel. Sin embargo, podríamos argumentar que precisamente esta complejidad en la codificación de transacciones ayudaría a la emisión por parte de bancos centrales en temas de economía sumergida y ahorro de costes. Si queremos usar bitcoins debemos utilizar software o páginas a modo de monedero virtual, donde comprar y cambiar bitcoins o realizar pagos y pedidos a través suyo. Japón y Estados Unidos son los países donde más se utiliza ya bitcoin, seguidos de Corea del sur, Reino Unido o Dinamarca, países donde las buenas conexiones de Internet y los bajos costes eléctricos facilitan su crecimiento.
En América del Sur, Colombia se situó en 2017 como el tercer país del mundo con más intercambios de moneda local por bitcoin, y en Brasil más del 36% de la población invierte ya en criptomonedas y se aparta de la inversión tradicional. Por su parte, más de 5000 comercios comienzan a aceptar bitcoin en Chile, donde incluso el gobierno ha regulado favorablemente y ayudado a una plataforma de intercambio bitcoin nacional, Sur BTC, actualmente denominada Buda. Aun así y con este apoyo, el país andino se encuentra en quinto lugar en cuanto a implantación de startups relacionadas con criptomonedas con 56, siendo superado por Brasil (219), México (160), Colombia (77) o Argentina (60).
Además, Chile solo cuenta con cajeros físicos en Santiago, con lo que debe expandir su implantación a otras regiones del país si quiere escalar posiciones En otros países como España, algunas empresas emiten tarjetas prepago bitcoin, a modo de gift card, que pueden ser intercambiadas físicamente en algunas cadenas de supermercados. Y las grandes empresas, del nivel de Microsoft, Dell, Expedia, KFC, o el propio PayPal ya nos permiten utilizar bitcoin para el uso y disfrute de sus productos y servicios. No olvidemos tampoco el potencial inversor y especulador de estos activos, que reciban una altísima volatilidad diaria y los han convertido en uno de los instrumentos de mayor crecimiento en mercado en décadas.
Un punto de control
Estas tecnologías han llegado para quedarse y podemos utilizarlas con tranquilidad. Pero como cualquier transacción online debe mantenernos alerta y hacernos utilizar sitios de confianza. Que los gobiernos y bancos centrales aun sean reticentes a su total implantación y el riesgo de hackeo o transacción fraudulenta si se dispone de capacidad codificadora, deben hacernos ser cautos y responsables en su uso, como hacemos con otras aplicaciones y servicios donde nuestro dinero y datos estén en juego.
Fuente: Bitcoin ATM by Wagner Tamanaha via Flickr ( CC BY SA 2.0)