La agencia de calificación crediticia Fitch Ratings ha confirmado este viernes la nota ‘AA+’ con perspectiva ‘estable’ de Francia, ante la mejora de sus perspectivas de crecimiento y de sus cuentas públicas, pese a lo cual cree que será incapaz de cumplir el objetivo de déficit para 2015.
Fitch cree que el Gobierno francés no cumplirá con el objetivo acordado con Bruselas de reducir el déficit hasta el 3% el próximo año, aunque cree que el desvío de esta meta será «modesto» y que conseguirá quedarse cerca del equilibrio presupuestario en 2017, tal y como prevé en sus presupuestos.
En este sentido, valora los detalles ofrecidos por el Gobierno a sus medidas de ajustes por importe de 50.000 millones de euros, así como el recorte adicional de 4.000 millones de euros y las exenciones fiscales de las que se beneficiarían unos 4 millones de hogares anunciados esta semana.
Sin embargo, la agencia de calificación apunta que son «planes de consolidación sin precedentes» en los últimos tiempos y cree que cumplir con los objetivos de gastos que se ha marcado el Gobierno galo será «complicado».
Por otro lado, subraya que la actividad económica debería repuntar en 2014, después de permanecer dos años casi estancada, para alcanzar un potencial de crecimiento en el medio plazo de alrededor del 1,5%. Sin embargo, su comportamiento económico ha sido «volátil» en los últimos meses, lo que sugiere que la economía está luchando por coger impulso.
En este contexto, agrega que la tasa de desempleo es «elevada» y que el número de parados ha alcanzado su máximo histórico. Al mismo tiempo, existe incertidumbre sobre las perspectivas de crecimiento en el medio plazo y el impacto de las reformas anunciadas.
Asimismo, cree que los riesgos para su financiación son «bajos», como refleja el vencimiento medio de siete años de su deuda, los bajos intereses y su fuerte flexibilidad financiera.
Además, considera que Francia cuenta con una economía «saludable y diversificada» que tiene un historial de «relativa estabilidad» macrofinanciera, incluida una baja y estable inflación. También se beneficia de unos moderados niveles de deuda de los hogares y una alta tasa de ahorrro, así como de estabilidad política.