Evo Banco cambió su Banca Electrónica el pasado 7 de abril y supuestamente volvería a la normalidad el día 10 de abril.

Hubo infinidad de quejas en los días posteriores, según indica el banco por la saturación del sistema. Pero como hemos indicado, no sólo fue ese el problema, sino que la nueva plataforma no estaba correctamente testeada y había fallos.

El banco ha ido solucionando los problemas poco a poco, pero hoy día 20 de abril, sigue habiendo quejas de usuarios sobre su nueva plataforma:

• Aún hay clientes que no pueden acceder a su cuenta, especialmente de gente que viven en el extranjero y no ha podido recibir su nueva clave vía SMS.
• El teléfono de atención al cliente sigue saturado.
• La nueva plataforma tiene el mismo aspecto que la anterior, eso sí, con algunas limitaciones como por ejemplo, que las transferencias favoritas sólo permite repetir la transferencia tal cual, sin poder modificar el importe.
• Las operaciones favoritas de los clientes que tenían en la antigua plataforma, han desaparecido (el banco indica que aparecerá en los próximos días).
• Se ha eliminado las tarjetas virtuales.
• La nueva APP no es compatible en algunos móviles.
• Se ha reenumerado las cuentas de los clientes y los inconvenientes que supondrá ese cambio.
• Aún no se puede visualizar los recibos adjuntos en el listado de movimientos.
• Y los que no hemos detectado…

Pero lo peor llega hoy, día 20 de abril, el último día para realizar los pagos del trimestre de IVA e IRPF de los autónomos. Ya hay quejas de clientes que no han podido pagar su factura fiscal a través de Evo Banco.

Desde luego, lo que ha hecho Evo Banco es ejemplo de lo que no hay que hacer cuando se cambia un sistema informático.

¿Alguien me puede decir, qué es lo que ha cambiado que suponga una mejora? Nosotros no lo vemos.

Reclamar perjuicio

El despacho de abogados Navas & Cusí indica que los clientes “pueden reclamar los daños económicos y morales producidos” ya que esta incidencia ha podido provocar que “algún inversor se haya quedado con posiciones congeladas sin poder operar, generando pérdidas o dejando de generar beneficios”. «El trastorno es evidente y el banco tiene la obligación de resarcir».